martes, 10 de febrero de 2009

CLIMATERIO O MENOSPAUSIA






CLIMATERIO O MENOPAUSIA
Aun hay quien confunde ambos términos y no sabe que menopausia es la primera fase del climaterio, etapa en la que culmina la vida reproductiva de la mujer.
Si está a punto de ser una mujer mayor de los 45 años de edad, tal vez esté experimentando algunos cambios orgánicos que le generan cierto desconcierto, a usted, y a quienes están cerca. La explicación tiene origen fisiológico: la etapa reproductiva en la mujer inicia con la primera menstruación, entre los 12 y 14 años de edad, y termina aproximadamente a los 48, con la menopausia, es decir, con el último sangrado menstrual. Esta condición femenina es la primera etapa del climaterio, que acompañará a la mujer hasta su muerte.
Durante el periodo de vida en que la mujer tiene un sangrado menstrual, las hormonas femeninas llamadas estrógenos participan en el funcionamiento normal del aparato reproductor. Además, se encargan de fortalecer los huesos y preservar la salud de las arterias.
En México, la menopausia se presenta, en promedio, a los 48 años de edad y afecta a 5 millones de mexicanas que conviven con síntomas como menstruaciones irregulares, sudoración excesiva, oleadas de calor repentinas (bochornos), fatiga, depresión frecuente, así como carácter irritable y ansioso. De manera que con el inicio del climaterio, donde la producción de estrógenos se suspende, las posibilidades de desarrollar osteoporosis (descalcificación de huesos), hipercolesterolemia (incremento de los niveles del colesterol), hipertensión arterial o problemas en el corazón son mayores.
A la mujer le resulta inevitable modificar las funciones naturales del organismo, pero tiene la opción de conservar su calidad de vida a través de la llamada terapia de reemplazo hormonal, que no es sino la administración de estrógenos elaborados químicamente. Esté método es ampliamente recomendado por los ginecólogos, y solo en casos excepcionales, cuando se tienen antecedentes familiares de cáncer de mama, por ejemplo, se recurre a otro tipo de terapia. Esta opción la brindan los llamados fitoestrógenos, es decir, compuestos localizados en plantas que tienen una estructura química y efectos similares a los estrógenos que el propio organismo de la mujer produce.
Así que, si está cerca de los 45 años de edad, tome en cuenta que la ciencia puede brindarle una calidad de vida muy satisfactoria. Recuerde, después de todo, que llegar al climaterio no es tan malo, ya que la libera de los molestos trastornos menstruales y le permite una actividad sexual plena, sin que se preocupe de un embarazo no deseado. Sea como sea, la llamen menopausia o climaterio, esta etapa de la vida no tiene por que ser dolorosa.



La tercera en discordia
Aunque no se trata de una hormona propiamente dicha sino de un neurotransmisor, la serotonina está directamente relacionada con el comportamiento hormonal. De hecho, está comprobado que la alteración de los estrógenos puede suponer una disminución de los niveles de serotonina, lo que a su vez desencadena alteraciones a nivel anímico como estrés, insomnio o depresión. Los estrógenos aumentan durante la primera mitad del ciclo y disminuyen en la segunda. La serotonina disminuye paralelamente a los estrógenos es decir, alcanza su mínimo dos semanas antes de la menstruación. “Hacer ejercicio con regularidad, pasear o bailar; practicar técnicas de relajación o iniciar nuevos proyectos favorecen el aumento de esta sustancia”, señala la experta.

Un carrousel mensual
Las distintas fases del ciclo menstrual suponen la manifestación más evidente del juego hormonal en el organismo femenino. Un ejemplo de hasta qué punto su incidencia es determinante son los resultados de una investigación llevada a cabo por científicos de la Universidad de Cornell (EEUU). Tras analizar imágenes de cerebros femeninos tomadas antes, durante y después de la menstruación, se llegó a la conclusión de que la actividad del córtex frontal, asociado al control de las emociones, presenta mayor o menor actividad según el momento del ciclo, de lo que se deduce que el cerebro se “ajusta” a las fluctuaciones hormonales para en la medida de lo posible paliar los síntomas derivados de ello. Esto explicaría por qué el síndrome premenstrual no afecta de igual manera a todas las mujeres (dependerá de la actividad cerebral de cada una).
El ciclo se inicia con la menstruación (días 1 al 5), en la que se produce un descenso de estrógenos y progesterona, lo que produce cansancio, debilidad y tristeza. La fase folicular (del día 6 al 13) se caracteriza por un aumento de los estrógenos, permaneciendo estable la progesterona. El resultado, una mayor sensación de energía, entusiasmo e iniciativa. En torno al día 14 se produce la ovulación, una fase en la que los niveles de estrógenos están muy elevados y aumenta la progesterona, lo que incrementa la libido y hace que la mujer disfrute de una plena forma física. A partir del día 17 se inicia la fase lútea, que va hasta el día 28 y en la que se produce un aumento de la progesterona. Como consecuencia de ello, se eleva la temperatura corporal, se produce un aumento de peso y hay una mayor irritabilidad.
Para controlarlas mejor…
Estas son algunas de las medidas que han demostrado ser más efectivas para aliviar las consecuencias negativas del juego hormonal:
-Apuntarse a la B6. Este nutriente está relacionado con la producción de serotonina, un neurotransmisor que se encuentra disminuido en las alteraciones emocionales como la depresión. No debe excederse la dosis de 200 microgramos al día.
-Comer con más frecuencia. Especialmente durante el SPM, muchas mujeres tienen unos niveles de glucosa en sangre muy bajos. Cuando esto ocurre, se segrega cortisol (una hormona relacionada con el estrés) lo que aumenta los estados de nerviosismo y ansiedad y, además, favorece la apetencia por determinados alimentos como dulces, galletas o fritos. Para evitar esto y mantener estables los niveles de glucosa, se debe ingerir, al menos cada cuatro horas, comidas en cantidades pequeñas.
-Dar una oportunidad al calcio . Un estudio realizado en 500 mujeres a las que se les suministró calcio en forma de carbonato de calcio 4 veces al día, demostró que este mineral puede ayuda a mejorar la retención de líquidos.
-Mantener a raya la cafeína. Se ha relacionado la ingesta excesiva de café y bebidas con cafeína con un incremento de la hinchazón mamaria, alteraciones del humor y ansiedad. Un estudio realizado sobre un total de 200 mujeres demostró que el 60 por ciento de las que bebían más de cuatro tazas y media del café al día experimentaban síntomas más severos de SPM.
-Hacer ejercicio . Las investigaciones han sugerido que la actividad física podría aliviar notablemente los síntomas del SPM ya que ayuda a estabilizar los niveles de glucosa en sangre. Asimismo, mantener un estilo de vida activo favorece la producción de endorfinas, las hormonas del bienestar; contribuye a elevar el ánimo y a reducir la ansiedad. Un dato: los niveles hormonales que se alcanzan justo antes de la menstruación elevan la capacidad del organismo para quemar grasa, por lo que hacer ejercicio durante estos días resulta mucho más “productivo” que en otro momento del mes. -Aliarse con la vitamina D. Investigadores de las universidades de Massachussets y Amherst han demostrado que una ingesta elevada de vitamina D y calcio puede no sólo disminuir la severidad de los síntomas del juego hormonal menstrual sino incluso evitar su aparición. Según estos expertos, la ingesta diaria recomendada para conseguir estos efectos es de 1.200 gr de calcio y 400 UI de vitamina D, lo que equivale a cuatro porciones diarias de leche desnatada, zumo de naranja enriquecido y otros productos frescos bajos en grasa como el yogur.
-Llevar un diario. Los expertos aconsejan apuntar en una agenda o calendario los días en los que se experimentan los síntomas más severos del juego hormonal y llevar un registro durante al menos tres meses para así identificar mejor la periodicidad e intensidad con la que éstos se presentan.

Las tres edades hormonales
1. Pubertad: Los estrógenos y la progesterona son las responsables de la primera menstruación. Los estrógenos son la primera hormona que produce el ovario cuando empieza a funcionar, favoreciendo el desarrollo de los senos y facilitando el proceso de maduración de la vagina, el útero y las trompas de Falopio. También afectan al crecimiento y la distribución de la grasa en el cuerpo femenino. La progesterona se produce en los primeros ciclos menstruales en poca cantidad, de ahí que estos suelan ser irregulares. Los ovarios también producen una pequeña cantidad de testosterona, la hormona masculina; ésta es la causa de los brotes de acné, del vello corporal y del despertar del deseo sexual.
Así afectan al ánimo: “La adolescente se encuentra desconcertada y puede pasar del odio al amor en un segundo. Es muy importante visitar al ginecólogo en este momento”, recomienda la experta.
2. Edad adulta: Es un periodo de estabilidad hormonal. Los ciclos suelen ser regulares y los niveles hormonales oscilan durante los 28 días, produciendo síntomas diferentes según la menstruación esté próxima o ya se haya acabado.
Así afectan al ánimo: “Incluso en esta época de estabilidad, las hormonas pueden tener un excesivo protagonismo: el síndrome premenstrual afecta a muchas mujeres a nivel físico y psíquico durante los últimos días del ciclo”, comenta la doctora.
3. Menopausia: En los tres o cinco años antes del último ciclo menstrual, los ovarios se comienzan a deteriorar y se disminuye la producción de estrógenos y progesterona. Esto se traduce en síntomas como sofocos, sequedad vaginal, infecciones urinarias… además de incrementar la posibilidad de desarrollar enfermedades cardiacas y osteoporosis.
Así afectan al ánimo. “En este periodo, los cambios hormonales pueden hacer que la mujer tenga síntomas de ansiedad, irritabilidad y cambios de humor, entre otros”.
os cambios en la función hormonal de la mujer que presenta una menopausia espontánea suelen ser lentos y progresivos. A medida que la actividad del ovario decae, los ciclos menstruales se van haciendo más cortos, y la intensidad del flujo menstrual es cada vez mejor, hasta que desaparece por completo.
Por ésta época, un 75% de las mujeres experimenta crisis de rubor o enrojecimiento, que afecta especialmente el área de la cara, el cuello y el pecho. Igualmente, se presentan "oleadas de calor" con incremento real de la temperatura del cuerpo, del orden de medio grado centígrado. Estos episodios suelen ocurrir acompañados de la sensación de presión en la cabeza, palpitaciones y aceleramiento del pulso.Estos efectos parecen deberse, en parte a la disminución en la producción de estrógenos, y en parte a la liberación, a partir del cerebro, de ciertas hormonas que buscan, sin éxito, estimular nuevamente la actividad ovárica ya perdida.
Los síntomas pueden persistir hasta por cinco años en cerca de la mitad de las mujeres que llegan a la menopausia. OLEADAS DE CALOR
20% de las mujeres sufren oleadas severas e invalidantes disminuyendo el desempeño afectivo, social y laboral.
Su duración puede ser desde pocos segundos hasta una hora
Su frecuencia varía desde varios episodios en una hora hasta intervalos de varios días de diferencia.
Cuando se presentan de día pueden inducir somnolencia y cuando son de noche facilitan insomnio, angustia y cansancio.
Existe la posibilidad de ser precipitados por:
- Estrés- Alcohol- Componente psíquico, ...emocional o nervios

La declinación en la producción de estrógenos se acompaña de una reducción de la producción de moco y una atrofia gradual de la vagina y la uretra. Esta disminución en la humedad vaginal predispone a la aparición de excoriaciones, que generan la aparición de infecciones y ocasionan dolor que hace imposible para la mujer sostener relaciones sexuales.
De manera similar sufren atrofia el útero, las trompas y, en algunas ocasiones, la uretra y la vejiga, favoreciendo el desarrollo de cistitis y otras infecciones urinarias.
Las mujeres que pasan por el período del climaterio suelen presentar alteraciones en la piel y en el cabello. En primer lugar se presenta un adelgazamiento generalizado de la piel, que se acompaña de reforzamiento de las líneas de expresión y mayor formación de arrugas. De otra parte se registra una discreta caída de cabello, así como disminución del vello del pubis y de los brazos, y aparece, en cambio, un aumento del vello del mentón y del labio superior.
Una de las quejas que con más frecuencia refieren las mujeres en esta etapa se relaciona con los cambios en el afecto, como depresión, ansiedad e irritabilidad. Algunas veces éstas alteraciones son debidas directamente a la reducción en la producción de estrógenos, y otras veces se relacionan más con los disturbios producidos en el sueño por las oleadas de calor y las crisis de rubor.
Si bien durante la edad reproductiva la mujer ha estado relativamente protegida de los niveles altos de colesterol, debido a la acción de los estrógenos, después de la menopausia el nivel de las grasas en sangre se incrementa, y con ellas el riesgo de sufrir aterosclerosis e infarto.
Factores de riesgo coronario no modificables:
Edad Sexo Raza
Modificables:
Fumadores Hipercolesterolemia (niveles de colesterol alto) Diabetes Sedentarismo Obesidad Estrés
Cuando la producción de hormonas por parte del ovario disminuye, también el efecto protector de los estrógenos sobre el hueso desaparece, haciendo que éstos, especialmente la columna vertebral y las caderas, pierdan consistencia y se hagan más propensos a sufrir fracturas. Este proceso es conocido como osteoporosis.

Factores de riesgo para la osteoporosis
Historia familiar de osteoporosis Baja ingesta de calcio Menopausia precoz Vida sedentaria Nulípara (no tiene hijos) Abuso de alcohol Elevada ingesta de cafeina, proteinas y fosfatos Hipertiroidismo Fármacos: corticoides
Durante los primeros años que siguen a la desaparición de las menstruaciones, la mujer comienza a perder entre el 1% y el 2% de la densidad de sus huesos. Así que, transcurridos diez años de la menopausia, la consistencia del esqueleto de la mujer puede haberse reducido entre un 10% y un 20%.
Por otra parte, sin necesidad de que se produzcan fracturas, la osteoporosis puede ser la causa de la aparición de deforminades del esqueleto que pueden dar como resultado alteración de la postura, e inclusive reducción de la estatura normal del cuerpo femenino (Figura 4).

Figura 4.Osteoporosis de la columna. Localización de los aplastamientos vertebrales con los cambios posturales resultantes.

Esta última complicación, la osteoporosis, es la que más perjudica la calidad de vida de la mujer. Además de limitar profundamente su actividad física, la osteoporosis constituye una verdadera amenaza para la vida de la mujer postmenopáusica. De hecho, como resultado de las fracturas por osteoporosis, la inmovilización necesaria para su curación es muy prolongada, lo que favorece el desarrollo de complicaciones pulmonares, cardiovasculares y genitourinarias potencialmente mortales.
La importancia que en los últimos años ha adquirido el tratamiento de la mujer que ha terminado su período reproductivo, tiene que ver con el inmenso beneficio que representa para ella prevenir éstas gravísimas complicaciones. Por fortuna, la gran mayoría de las alteraciones ocasionadas por la menopausia, que dependen de una disminución de la producción de hormonas femeninas, pueden ser tratadas con éxito merced al suplemento de estrógenos.
Menopausia precoz:
Corresponde a aquellas mujeres que presentan la menopausia antes de los 45 años.
Menopausia quirúrgica:
Es la supresión brusca de las hormonas femeninas al ser retirado los ovarios, esto se denomina ooforectomía.
Si es retirado sólo el útero o matriz y no los ovarios, técnicamente deja de menstruar pero los ovarios siguen funcionando, por tanto los cambios aparecerán gradualmente en la medida en que los ovarios disminuyan su producción hormonal.

¿Qué puede hacer usted si necesita una histerectomía?
"Ser mujer va más allá de la función reproductiva. Ser mujer significa vivir cada momento con plenitud y convencida de que todavía queda mucho por hacer".

La menopausia es la época de la vida de una mujer en la cual deja de tener menstruaciones. Suele ocurrir naturalmente, con mayor frecuencia después de los 45 años. La menopausia se produce porque los ovarios de la mujer dejan de producir hormonas estrógeno y progesterona.
Una mujer llega a la menopausia cuando no tiene un período menstrual durante un año. Los cambios y los síntomas pueden empezar varios años antes. Incluyen:
Un cambio en las menstruaciones: más o menos duraderas, más o menos profusas, con más o menos tiempo entre los períodos Calores y/o sudoración nocturna Dificultad para dormir Sequedad vaginal Cambios de humor Dificultad para concentrarse Menos cabello y más vello facial Algunos síntomas requieren tratamiento. Hable con su médico sobre qué hacer durante la menopausia. Asegúrese de que su médico conozca la historia médica de su familia. Esto incluye su riesgo de padecer enfermedades del corazón, osteoporosis o cáncer de seno.

En cuanto a la terapía de reemplazo lo dejaré porque está en manos del ginecologo de cada mujer.

4 comentarios:

  1. Hola, por aqui tambien te sigo, interesante blog.
    besos y feliz dia del amor y la amistad.
    Lau.

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  2. ¡Hola, Allma! Está muy bien que cada mujer conozca y reconozca los entresijos hormonales que muestra su cuerpo regularmente, pero
    creo que sería más interesante aún si toda esta información se relacionara con la vivencia que cada mujer tiene de cada una de esas fases de su vida (niñez, pubertad, madurez, climaterio).

    Cada una de estas fases consta de unas características especiales, que pueden vivirse de diferente manera por cada mujer. Y es ahí donde se produce la aparición de los diversos síntomas, asociados por la Medicina a cada una de las fases de la vida sexual de una mujer, sobre todo en lo referente al síndrome menopáusico.

    Es manifiestamente claro desde el punto de vista científico que, por ejemplo, tras la menopausia, hay una serie de cambios en la prevalencia de enfermedades de las que, hasta entonces, la mujer se sentía protegida (temas, sobretodo, cardio-vasculares, densidad ósea...).

    ¿Qué ocurre si, en cuanto a las disminuciones de densidad ósea, observamos el estado de las mujeres que aceptan y disfrutan de su nuevo estado hormonal, a diferencia de las mujeres que reniegan de él o se sienten anuladas como personas? Las diferencias en la sintomatología (y no he hecho un estudio científico, sino que me remito a mi experiencia en consulta) son claras.

    Sería bueno que se tuviera en cuenta en estos temas algún otro factor (de tipo vivencial), aparte del mero recuento de los indicadores corporales. La analítica es fría y sólo refleja lo que en ese momento está pasando en la sangre de la persona. Nada más.

    Salud para ti y los tuyos.

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  3. ¡Hola, Allma! Gracias por visitar mi blog. Como el comentario que has escrito se refería, entiendo, al tema de esta entrada y mi comentario sobre ella, pudiendo despistar a los posibles lectores de la entrada en la que has hecho el comentario (Conexión Sol-Tierra), no lo he publicado.

    Evidentemente, cada autor organiza su blog, sus informaciones como cree que tiene que hacerlo. Yo respeto tu forma pero me pareció oportuno explicarte mi visión sobre el tema.

    Salud para ti y los tuyos.

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